domingo, 29 de noviembre de 2015

¡Churros!

¡Buenos días!

O tardes ya casi, pero bueno. Hoy publico una receta sencillísima y más rica imposible. En mi casa todos los años hemos comprado los churros congelados, para solo freír y listo, pero muchas veces no estaban bien congelados y no se hacían nada bien o quedaban muy muy grasientos al freírlos, y yo y la grasa en exceso nos llevamos muy mal. Por eso decidí empezar a hacer churros, y la verdad es que creo que no voy a volver a comprar congelados.

Tengo que decir que empecé haciendo sopaipas (que en realidad no eran como las sopaipas de verdad) porque así es como llamaba mi abuela Rosario a la masa de churros que ella hacia sin forma de churro, pero como todo lo que hacía mi abuela, a ella le salían genial y pues a mi por dentro no se me hacen demasiado bien. Lo mismo nos pasa con los borrachuelos que ella hacía, que por más vinos que probamos no tienen ese sabor que tenían los de ella. Así que decidí sacar la churrera (bueno en realidad, mi madre me dejó sacarla y descubrí que también era pistola de galletas :o) y estrenarla.

Y la verdad es que los churros a parte de monísimos están súper buenos, así que ahora todos los sábados y domingos desayunaremos o merendaremos churros en mi casa. Vamos, felicidad máxima, porque creo que hay pocas cosas que me gusten más que los churros con chocolate en invierno.

INGREDIENTES (yo hice el doble de la receta):

1 vaso grande de agua
1/2 vaso grande de harina de trigo normal
1/2 vaso grande de harina de fuerza
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de aceite de oliva
Aceite suave para freír

PASO A PASO:


1. Poner a hervir el agua con la sal y el aceite.









2. Añadir la harina de golpe cuando el agua rompa a hervir y mezclar con una cuchara de madera. Yo suelo terminar de amasar con las manos (con cuidado que quema mucho) porque no tengo suficiente fuerza,






3. Una vez está bien integrado, hacer la forma de los churros. Yo utilizo la pistola de galletas pero también se puede utilizar una manga pastelera o simplemente se coge un cachito de masa y se estira un poco o se hace una bolita pequeña.






4. Freír en aceite bien caliente sin amontonar, hasta que estén doraditos. Si veis que se doran muy rápido bajar el fuego.







5. Sacar cuando esté doraditos a un papel absorbente.









6. Servir con chocolate caliente y ¡A COMER!








En serio, tenéis que probar esta receta porque es súper sencilla, se tarda poco en hacerla y en casa os harán la ola como mínimo. También es muy barata porque son cosas que siempre hay en casa y que valen muy poquito.

También se pueden recubrir de chocolate y dejar enfriar y para los niños (y mayores golosos como yo) es una merienda súper divertida.

¡FELIZ SEMANA!

Miriam

No hay comentarios:

Publicar un comentario